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¿Estás seguro que la realidad que ves es tal cual? 

Autor: Enrique Toro Gil, Coaching Social

La mayoría de las personas damos por sentado que lo que llega a nuestros ojos es la realidad, es lo que está ocurriendo fuera de nuestro cuerpo. Sin embargo, esto no es exactamente así.  

Lo que entendemos por realidad, y que comúnmente decimos ‘vemos’, no viene a ser si no una reproducción de lo que está ocurriendo frente a nuestros ojos y de la cual somos su observador. Es decir, que la realidad es subjetiva. 

La realidad depende del prisma (tus convicciones, recuerdos, creencias, etc.) desde el que lo mires.

¿Y por qué es subjetiva, si entra directamente por mis ojos? Porque lo que hace la mente una vez ingresan las imágenes por los ojos es crear una idea en el cerebro a la que añade una valoración, una categorización, que es subjetiva, pues cada uno de nosotros tiene una serie de creencias y valores distintas de otro. 

Un ejemplo podría ser el siguiente:

vas por el campo caminando con tu amigo y de repente, éste visualiza un campo de naranjas, te dice: ¡vamos a ver si nos dan a probar una! Tu amigo está entusiasmado con la idea, pero a ti no te lo parece porque cuando eras niño te dieron a probar una naranja y ésta estaba ácida. De manera objetiva, si la tocas, la ves, para ambos es igual, piel rugosa, tersa y de color naranja. Pero tu mente recrea ésta de una manera diferente a como lo hace en tu amigo debido a esos valores añadidos.

Es por ello, que la realidad es subjetiva, es interpretada en nuestra mente, ya que ésta para entenderla le introduce nuestros recuerdos, valores y creencias. Por esto no podemos creer que lo que vemos es lo real, es una realidad interpretada por nuestro cerebro. 

Introducir cambios en tu realidad es posible 

Es así, como entendiendo este proceso podemos introducir cambios en nuestra mente y repensar que nuestro día a día puede cambiar. A veces nos sentimos que vivimos en una cotidianidad de la que no podemos escapar, pero lo cierto es que nosotros somos los constructores de nuestra propia realidad, pues nuestras decisiones basadas en esta reconstrucción de la realidad son las que forman eso que está ocurriendo frente a nuestros ojos. 

Debemos repensar lo que ocurre frente a nosotros, ser conscientes desde qué ángulo (creencias, valores, recuerdos) lo estoy mirando para poder comprenderlo mejor y cambiarlo con una mirada renovada.  

Para ello, recuerda un hecho que te haya ocurrido y que para ti haya sido desagradable, frustrante, que te haya provocado enfado, hayas sentido indiferencia, etc.  

Posteriormente, haz el ejercicio de intentar sacar de ese recuerdo esos aspectos subjetivos que le hemos añadido, es decir, visualiza ese momento sin juzgar lo que ocurre en él, solo narrando lo que sucedió, como si fueses un agente externo. Si lo escribes será más efectivo. 

Preguntémonos si esta realidad que hemos vivido podría haber sido más amable (en caso de enfado o frustración), más compasiva (en caso de indiferencia), etc. Escribe o visualiza lo que podrías haber hecho tu para que esto fuese así.  

Podemos cambiar cómo percibimos la realidad si introducimos cambios y somos constantes.

Por supuesto, existe un entorno social, que influencia, pero siempre hay una parte que nos corresponde a nosotros y que podemos actuar sobre ella.  

Introduce estos cambios, visualízalos e identifica qué emociones sientes ahora. Por supuesto, ponlos en práctica, solo al ponerlos en marcha una y otra vez, hará que nuestra mente comience a pensar de una manera distinta a como lo venía haciendo. Recuerda que esto es un proceso, que requiere esfuerzo y trabajo constante. 

¿Crees ahora que tu realidad puede ser diferente? No demos por sentado lo que va a ocurrir, tengamos una mente abierta a introducir nuevos cambios en nuestras creencias, repensar aquellas que ya tengamos, y entender, sobre todo que la realidad es subjetiva. 

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